09 agosto 2007

Más envolturas y basura

Ya en este espacio me he referido a los envases contaminantes y sus irreversibles consecuencias para el ambiente. La afición de las personas a las envolturas continúa y en aumento.
He vivido algunas situaciones, en las que las envolturas alcanzan niveles absurdos. Ejemplo: descubro unos tacos sabrositos en la esquina de la casa. Llego con hambre en la noche y voy por unos de cabeza; me los sirve en un plato de plástico envuelto en una bolsa de polipapel. Me los acabé y pensé: no vuelvo a venir a estos tacos, están sabrosos, pero no voy a contribuir a estas prácticas modernas absurdas de dar d comer sobre una triste bolsa de plástico. Si le digo q no me los dé encima de una bolsa, se va a ofender, como me ha sucedido en otras ocasiones en otros lugares. Mejor ya no vengo y punto. Otro día se me volvieron a antojar, y fui a pedir unos para llevar y llevé mi traste de vidrio para q ahí me los echara. La muchacha me puso una cara como de este wey qué pedo, pinche payaso.
La disyuntiva está en que al ponerle bolsita al plato, no gasta agua, pero ¿qué es peor, producir basura con una bolsita o gastar una bandeja de agua en lavar un plato?

El domingo pasado voy a comprar un pescadito a la marisquería. La botella de salsa está tapada, la agito y no le sale. Le digo al ñor, présteme un tenedor o un palillo, por fa, que no le sale la salsa. Sí joven, y me da un palillo ¡envuelto en una bolsita, un palillo empaquetado! ¡Válgame! Un palillo empaquetado en su profiláctica bolsita sellada al vacío. ¿Para qué? ¿Qué objeto tiene empaquetar un individual palillo? ¡Cuántos palillos vienen en la cajita, y cuántas bolsitas inútiles envolviendo a cada uno de ellos? No sé cuántos siglos tengan de existir los palillos, pero seguro jamás había visto nadie la necesidad de meterlos, cada uno, cada pequeño cuerpito de palillo, en una bolsita sellada para cumplir un absurdo capricho antiséptico, fútil por donde se le vea. Lo dejé. Le pegué con huevos a la botella y la salsa bañó el pescadito.

Supongo que la gente asocia una bolsa con la higiene: extraña paradoja. Me ha tocado llegar a fondas en las que los cubiertos los dan en una bolsa y las tortillas también. Compré un tamal oaxaqueño en Isla Mujeres a diez pesos, barato, y el señor daba charola de unicel para un simple tamal. Le dije que no, que el papel de estraza era suficiente; no dijo nada. El otro día, en un puesto d jugos, el hombre, por fin, servía el jugo, “para tomar aquí”, en un vaso de vidrio largo, como en los viejos tiempos. En esta misma isla, hay pizzerías de italianos que sirven la rebanada en plato de cartón; si la pides para ir comiendo, te la dan en un papel, un simple papel.

Con unas alumnas asiáticas que tengo, compruebo que la cosa es cultural. Ellas dicen que allá en Korea, en el súper, te dan sólo bolsa de papel, y la de plástico te la cobran, y no barato, a diferencia de los de aquí, que hasta para el recibo del teléfono que estás pagando te quieren dar una bolsa de plástico. Para todo dan plástico. Coño, hasta los billetes son ya de plástico, y los idiotas de Hacienda o de no sé qué dependencia gastan millonadas en conminar al pueblo a que no maltrate los billetes. ¿Habrá más estupidez que pedir que se cuiden los billetes? ¿En qué están pensando esos infames oligofrénicos? En Europa te avientan el dinero, el cambio, como lo más natural. Das un billete arrugado y nadie lo pela. Aquí das un billete d a doscientos y le miran hasta la pupila a la Sor Juana.

1 comentario:

Brayant Glez dijo...

No sé muy bien de donde sea usted, pero si que es un fastidio ver como en los puestos de tacos hay botes atascados de bolsas de plástico, mismos que se utilizan para no lavar los platos. Al menos en México no veo ninguna buena iniciativa para erradicar problemas como estos.
En fin, gracias por compartir su experiencia y le envío un cordial saludo.