Para conmemorar el inicio de la huelga más larga en la historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (abril 1999-febrero 2000), en la que se evitó la imposición de cuotas semestrales por estudiar en esta casa de estudios, el pasado 20 de abril se llevaron a cabo al menos dos marchas en el mismo horario y con un poder de convocatoria similar que propició la división de la gente: unos asistieron a la marcha del parque de La Bombilla a Rectoría y otros a la del Ángel al Zócalo. Esta decisión de realizar dos marchas generó cierto desánimo en los asistentes a la marcha Ángel-Zócalo. Hubo mu pocos contingentes de facultades y escuelas organizados y con presencia, como el de Acatlán y el de CCH Oriente; sin embargo, sí hubo contingentes por parte del CLETA-OPC, Atenco y la Alianza de Tranviarios de México, entre otros.Fue notoria la ausencia de los entonces alumnos que participaron directamente en el movimiento. En contraste, la mayoría de los asistentes eran jóvenes de menos de 25, lo cual, por supuesto, no resta valor a su participación. No destacó mucho su presencia, pero por ahí andaban el Gato, La Pita, el Diablo y algunos miembros más o menos representativos del CGH, quienes por cierto no tomaron el micrófono en el mitin una vez llegada la marcha al Zócalo.
La asistencia a esta marcha, como toda marcha, es sólo un símbolo; no garantiza nada. La respuesta de parte de estudiantes, ex alumnos, ex participantes, profesores, etc., dejó mucho qué desear. ¿Por qué no hacer este tipo de manifestaciones en fin de semana para tener mayor asistencia? Pueden responder que así ya no se para el tráfico y no se sale en las noticias. Es una paradoja que vale la pena discutir: el repudio a los medios y el querer salir en ellos.
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