Deforestación en la ciudad

La ciudad de México tiene lugares muy bonitos, muy diferentes, muy arbolados, muy áridos, muy culeros y muy equis. Siempre hacen falta árboles, plantas, etc. Existe el movimiento de las azoteas verdes que de un tiempo para acá pretenden aplicar la práctica de enverdecer las azoteas con plantas ornamentales, comestibles, etc. Al mismo tiempo existe el "movimiento" de mucha gente que indiscriminadamente, sin autorización o con ella, tiran árboles por diferentes razones. Me ha tocado ver algunas de ellas: es que tapa la virgencita del jardín aquí en la unidad, es que levanta la banqueta, es que me tapa la casa, etc. Frazer, en la Rama Dorada, esa obra tan citada y tan poco leída, refiere que en tribus nórdicas tenían tan en alta estima a los adorados árboles, que cuando alguien osaba atentar contra ellos, uno de los castigos consistía en sacarle los intestinos al perpetrador y obligarlo a enredar sus tripas salientes en torno al tronco del árbol lastimado a fin de, simpatéticamene, retribuirle el daño causado al ente verde a costa de sus propia poca vida que le restaba.
No sé hasta qué punto esta narración sea veraz, pero es contundente, es el ojo por ojo o astilla por tripa aplicado a un asesino, porque así se consideraba el daño causado.
Actualmente podría ser un poco exagerado obligar a alguien a resarcir el daño de manera tan espectacular; y no es mala idea, pero definitivamente los argumentos esgrimidos por los taladores urbanos son ridículos e inconscientes, máxime en un contexto en el que, por moda o no, la conservación de la precaria fauna urbana debe estar antes que los intereses anti-paisajísticos de los tira árboles, porque un paisaje sin árboles es lo mismo que una fiesta infantil sin niños.

Desgraciadamente en estos momentos no tengo fotos, pero en colonias como la Jardín Balbuena, para ironías de la toponimia, varios vecinos están tirando árboles ancestrales con el conque de que estorban, están viejos o están dañando los cimientos. Yo sé lo que es levantar una casa desde cero, desde los cimientos, y decir que los árboles dañan estructuras es lo más humano que pueda argumentarse. Entiéndase "humano" como estúpido; no se puede decir salvaje porque ni los castores que ocupan los troncos caídos por su natural inercia, ninguna bestia atenta contra los habitantes naturales llamados árboles.
En esta ciudad no tenemos zonas verdes entre las calles y entre casa y casa o casa y banqueta no sé por qué, tal vez porque la gente asume que se cagará un perro o que la gente agarrará esa zona como basurero. Parcialmente pueden tener razón, pero al margen de la higiene canina, las zonas verdes, árboles incluidos, merecen y obligadamente deben tener un lugar en la urbanística hacinada de las colonias grises que conforman el detritus federal.

En la Balbuena, específicamente en las unidades construidas hace 40 años para los viejillos pensionados, hay, efectivamente, hartos viejitos, y nadie los tira por su edad, pero a los árboles sí. Que si tapan un letrero vial, los tiran, que si van a poner un nuevo puente, los tiran, que si tapan a la virgencita de Gudulup, los tiran...poca madre.

Valdrá la pena denunciar el acto a las autoridades? ya lo hemos hecho, y no sales de esque, es que, es que, y la pasan la bolita y nadie se responsabiliza.